En un tiempo difícil (de luto) la lectura había quedado en compás de espera,
más mis ojos se deslizaron por la mesilla de los libros pendientes de leer,
el llamado de las letras llegó y leí de un tirón los cinco últimos cuentos del
libro, Venecia, Ginebra en dos cuentos magníficos de amor y desamor,
los protagonistas turistas, góndoleros, melanómanos y el cierre del libro
extraño y viril, una pelea de box entre un argentino y un mexicano, Julio
Cortázar es uno de mis narradores favoritos. La lectura nos saca de la
rutina, la tristeza y los afanes, así que compañeros narradores les digo
que su oficio es más que necesario y además trascendente.
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