Aprendí a escuchar la voz del mundo
y su espíritu
aprendí que setenta latidos por minuto
es más que un ritmo de vida
cuando el corazón
explusa los días mal logrados
y otras pérdidas
aprendí que rendirse en un sí
a veces no conviene
un sí representa más que estar de acuerdo
por un sí aprendí que el mágico realismo
sólo sirve al arte
y por eso
artísticamente
expongo mis métodos
y si pido tu rostro vivificado
y si pido tu mano en la mía
es porqué sé.
LIZETTE ÁLVAREZ. Ciudad Victoria, Tamaulipas, México.Este poema aparece en su libro. Guía para
aprendiz de poeta. Gobierno del Estado de Tamaulipas. Colección Nuevo Siglo. México, 2007.
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