El infierno es una llama que quema el alma. El paraíso también. Pero según la orientación
del alma esta sola y única llama constituye el mal infinito o el bien infinito, el fuego del
infierno o el del Espíritu Santo. Este fuego, es "la cosa con doble filo, la cosa de fuego, lo
eterno viviente, el relámpago." (Himno a Zeus de Cléanthe.)...
El júbilo perfecto, infinito, eterno de Dios, es eso mismo lo que quema al alma perdida.
Este júbilo le es ofrecido, ella no lo quiere, y este rechazo es el infierno.
Así es como el relámpago es el fuego que se apodera de todos los seres y los juzga (Heráclito).
Mata a los Titanes y hace nacer a Dionisio.
SIMONE WEIL. (Les Cahiers du Sud. 1940-1942.) Profesión de fe. Antología Crítica.
Introducción, selección y traducción de María de J. Valls. Universidad Autónoma
Metropolitana. Colección Molinos de Viento. México. 1990.
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