EL TACTO

EL TACTO

La casa del cuerpo
es una mansión majestuosa
abierta para nada,
y nunca al público.

Pero
para el dueño de la casa,
el que tiene la llave,
el cuerpo se abre de par en par
como la montaña de Alí-Babá,
brillando con oro suave
y piedras rojas.

Esto no puede robarse
o venderse por dinero.
Sólo brillan
cuando la montaña se abre
por encanto
o propia voluntad.

El dorado triángulo de pelo,
su gentil "ting",
los rosados cristales de cuarzo
de la piel,
los pezones de rubíes,
el lapislázuli
de las venas
que recorren el pecho...

El poseedor de la llave
se reconoce
por la forma
en que se mueve.
Se reconoce
por el tacto.

El tacto es el primer sentido en despertar
después de la pequeña muerte del cuerpo
en el sueño.
El tacto es el primer sentido
que despierta al inexperto niño rojo
a un mundo de dolor.

El cuerpo brilla
en su montaña oscura,
fingiendo ignorarlo.


ERICA JONG