
Sobre la mesa está la sal,
es símbolo de mi condición doméstica,
de mi estirpe de espanto,
cuando lloro me cubre,
esa condena de mi génesis.
Limpio mi piel
veo los colores de mi cuerpo,
predomina el castaño,
resalta el matiz encarnado de los labios,
leve es mi estampa,
con sonido de arroyo mi voz,
no me pierdo en el bosque,
mi camino es seguro
¿será por eso el delirio de búsqueda?
¿por eso la mano con que abrió el cofre Pandora?
y es que a veces soy más sombra que vida
más eco que risa
y el deseo es una hoguera de lucidez
aunque también quiero
que veas tu rostro
en el espejo de agua
formado por el cuenco de mis manos
que descubras el renuevo de tus hojas
en mi tronco de ceiba
que arda el sol de tus cabellos
en el rincón más puro de mi paisaje
luego quiere el águila volar
y el viaje se limita a la pantalla
de una computadora
de un cinematógrafo
no veo la sonrisa de Lot emprendiendo el vuelo conmigo
es cuando los músculos duelen
y la trampa se cierra
¿en qué esquina de la ciudad estará mi estatua?
¿será anónima?
¿será gloriosa?
espero que diga
ella supo amar
NOHEMÍ SOSA REYNA. Del libro Reminiscencia de la mujer de Lot. Ed Gobierno de
Tamaulipas. Colección Nuevo Siglo. México.
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