En un día entre el recuerdo de la obra de Chagall
y sus colores evanescentes entre inocentes líneas
tú habitas también la niebla memoriosa
lúdico se desplaza tu rostro entre cien días ya idos
para asirte recuerdo los besos y en la espiral
de la mente se interponen de pronto
los naranjales de mi niñez,
vuelvo a Chagall y entre el lila de un día nublado
aparecen tus ojos de miel no saboreada/
sólo apetecida.
Sé que hay elevados muros en tu ciudad
infatigable,
que las líneas artificiales y movedizas son
difíciles/
de atravesar con todo y los cuadros de Chagall en mí,
más acortaré esta distancia de sauces y sabinos
para llegar a tí
y probar por fin la miel derramada de tus ojos por mi cuerpo,
como en un cuadro mágico de Marc Chagall/
el siempre niño.
NOHEMI SOSA REYNA. Este texto se publicó en la Revista Reflejos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario