Ganar silencio en el exceso o en la ausencia
Aquietarse para vislumbrar el movimiento ligero
Rastro apenas logrado
cuando palpas la humedad de la tierra
para descubrir el abismo de adentro
Contener el cuerpo en su arrojo
aún de que la finura del aire
lo seduzca prometiéndole plumaje
Sentir los músculos en tensión
Saltar
Escuchar el chasquido de las pezuñas contra las piedras
el aliento entrecortado de la carrera
y la lanza en la diestra deslizándose en vuelo.
Mariana Bernárdez. Alguna vez el Ciervo. Portada de Carmen Gayón. Cuarta de Félix Suárez. México: Editorial Praxis, 2010.
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