Es el momento en espuelas,
ahora veo la valla
que el niño gatea,
ahora llamaron los metales
a un ardor que es cresta,
que es miedo sin redentor.
En el andar extravié mis cordones,
hasta el nuevo día
no puedo atar umbilicales;
ni desabrocharse quiere
el lazo de su vientre,
ni se cierran los zapatos.
La lava de un volcán
no necesita saber
que acabará en el océano,
no ha de definir su futuro,
para adaptarse al terreno.
Un niño camina al fondo
de una charca en llamas,
que se unieron sin quererlo
en una calle, en un paseo,
conflicto de fricción herida.
IVÁN SOPESÉNS ÁLVAREZ. Poeta español. Este poema aparece en la Revista Sulscrito.
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