nohemypoesia.blogspot.com. Poemas, artículos y ensayos de la escritora Nohemí Sosa Reyna.



domingo, 4 de octubre de 2009

UN AMOR INFORTUNADO









Usa pasamontañas, a sus hombres los pude ver en la pantalla de la televisión un primero de

enero, en las primeras horas de la madrugada, poco antes de despedirme de un novio

periodista, relación que perdió todo romanticismo, cuando vimos al cenar, en la televisión

del restaurante, a esos hombres de los pasamontañas, sin duda era un estallido social y

todos iban armados.

Vestido de negro, con un chuj chamula y cubriéndose parte del rostro con un pasamontañas, el

líder tenía una uzi en la cintura y en la boca una pipa de finísima madera, mientras daba ordenes

con un radio transmisor.

Luego dijo, usando una estación de radio que tomaron a la fuerza, "somos el ejército del pueblo,

exigimos que el gobierno federal tome en cuenta las demandas de los indígenas, queremos que

nuestro pueblo ya no se muera de hambre y de pobreza, preferimos morir en la lucha que morir

cobardemente sin tener una tortilla que llevarnos a la boca, queremos pan, salud, educación,

autonomía, respeto a nuestras tradiciones ancestrales y paz...en todo caso preferimos morir

combatiendo, que de una disentería por la mala calidad del agua que consumimos, y de anemia

por falta de alimento.

Oscar y yo abríamos mucho los ojos y no entendíamos que era aquello tan sorpresivo, tan

sacado de la manga, como diría un jovenzuelo de la onda, el amor no prosperó para nosotros

como pareja aquella noche, la guerra que se anunciaba en el país, nos estremeció.

y nos llenó de acertijos, nos despertó la mente como analistas y testigos del hecho social que

eramos, la razón se sobrepuso al placer y los arrumacos quedaron guardados para otra ocasión

que nunca llegó.

Apenas hace unos días habíamos estado en una disco, bailamos mucho, yo estrené un "palazzo"

muy elegante de tela transparente plisada y un saco muy ajustado con solapa de shantung de

en color negro, había despertado la admiración de Oscar y de otros hombres que me veían.

Después de bailar muchas horas, ya de regreso a mi casa, en la madrugada, todo era silencio,

los automóviles en sus cocheras, nosotros abrazados, Oscar me besaba con pasión

y aunque no se veía a nadie, yo me resistía diciendo- déjame, nos puede ver la polícia y a la mejor

vamos a dar a la bartolina, ahí terminaré de estrenar mi ropa-.

Estaba en los brazos de Oscar y con la pasión se me olvidaba que eramos periodistas y teníamos

cierto fuero, una credencial y cosas así, difícil sería que nos llevará una patrulla por faltas a la

moral.

En esa ocasión había olvidado que era periodista, pero ahora varios años después recuerdo que

aquel movimiento se desarrolló y triunfó al grado que la Constitución ahora tiene un nuevo

capítulo dedicado a los indígenas, por mi parte perdí a Oscar.






NOHEMI SOSA REYNA. Texto inédito.






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