En la celebración del Día del Padre en México, he querido publicar este poema escrito
hace ya varios años, dedicado a mi padre, quien siempre me apoya en mi vida literaria
y personal.
Ahora el triángulo y la plomada te reaniman
lenguaje esóterico de hermanos.
Vagamente pasan por tu mente,
recuerdos de tres décadas de obrero,
cuando el sol calcinaba tu cuerpo
y te enfrentabas con miles de voltios,
era parte de tu oficio,
para llegar cansado a casa y recibir un beso de tus hijos,
que respirábamos tu olor a sudor y materiales eléctricos,
enérgico y vivo te recibíamos con gritos,
ahora adultos,
callamos.
NOHEMÍ SOSA REYNA. Del libro Sala de Luz.
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